lunes, 25 de abril de 2011

Poema Joseph Conrad

Testigos de sus aventuras

Marsella, Marsella, Marsella
querida y risueña.
Testigo eres, testigo fiel
de su pasión, entrega, amor
al mar…
al mar…

Callarse no podrán
las Indias de Occidente,
el continente australiano
o el Océano Índico,
es que en sus aguas
están las huellas,
de lo más profundo
renace la prueba
de que allí estuvo,
sí, allí estuvo.

Navegaba, cortaba las aguas,
no le resistían;
a su astucia se detenían
y obedecían,
daban paso al hombre de mar.

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