miércoles, 22 de septiembre de 2010

Final de Sennin

Gonsuké, entusiasmado porque al fín habría de lograr su objetivo, se dispuso muy fielmente a cumplir con el reto que le había sido impuesto, y con muchas ganas comenzó a trepar el pino. Vieja Zorra le decía:


- Más alto Gonsuké. ¡Ya casi lo logras! ¡Hasta la cima! Cuando llegues al tope, te diré el siguiente reto.


Gonsuké, muy valiente y esforzado, continuó, y al llegar a la cúspide alzó su voz y dijo:
- Señora, aquí estoy. ¿Qué debo hacer ahora para acceder a tan anhelada virtud?


Atónita por lo alcanzado por este joven, y admirada por su deseo y disposición, le contestó:


- ¡Desciende y lo sabrás!


En cuestión de segundos Gonsuké descendió y parado frente a ella, con gran entusiasmo dijo:


- ¿Qué más he de hacer para convertirme en Sennin?


Vieja Zorra continuó asignándole los trabajos más difíciles que podía ponerle: Escalar montaña -todo un día y sin comida-, trepar árboles y pasarse de uno a otro, recorrer distintos lugares en un tiempo determinado, y mucho más.Todo esto el sirviente lo llevaba a cabo con excelencia y puntualidad. Finalmente Vieja no pudo más y se dispuso a decirle la verdad:


- Gonsuké, ¡Detente! ¡Ya no más! En realidad nosotros no sabemos el secreto para convertirte en Sennin.


Gonsuké, muy calmado y satisfecho, le contestó:


- ¡Ya lo sabía!


- Entonces, ¿por qué continuaste con todo esto durante esos veinte largos años? - Cuestionó Zorra ya más consolada.


- Porque quería conocer la tan renombrada familia de Yosekyl, el de Osaka...- Decía el joven muy sosegado.


- Pero...-interrumpió la señora- ¿Cómo que...?, ¿Por qué...?, ¿Cómo sabías que Yasek, el empleado, te traería a nosotros?


- Confórmese con saber que yo conocía dónde él me habría de llevar. Además, hay muchas cosas que usted no sabe de este Yosekyl que yo sí, cosas por las cuales se trabajan veinte años y más sin paga. Y ya lo he conseguido.


- ¿Del abuelo Yosekyl? Murió hace veintiún años -contestó la señora sin entender lo que ocurría.


- Lo sé, me tardé, pero de todos modos logré lo que quería y ya debo marcharme... ¡Gracias!!!


- ¿Gracias?-respondió Vieja Zorra a tan sencilla respuesta- ¿Pero Gonsuké...?


Y Gonsuké, sin tomar ninguna de sus pertenencias, se marchó, vistendo su hakama y haori, como símbolo de su deseo satisfecho. Y nunca más se le volvió a ver por la zona.

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