lunes, 25 de octubre de 2010
Final de: Una Noche en una Taberna.
Los tres hombres, con los nervios de punta, estaban aterrados, y sintieron algo que les tocó. Se dieron la vuelta, y una gran multitud gritó: ¡Buh!, y se echaron a reir. Fue entonces cuando comprendieron que todo se trataba de una broma: Los sacerdotes habían fingido..., eran parte del plan de Alberto, y se habían preparado para lo que les podría acontecer; el ídolo, tan solo era un excelente dramaturgo que muy bien supo interpretar su papel. Alberto a lo lejos no paraba de reir a carcajadas. Lo sabía todo.
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